El marcador más comúnmente utilizado para el diagnóstico de la PPID es la concentración basal de ACTH (hormona adrenocorticotrópica).
Esta prueba, cuando se combina con una evaluación clínica adecuada, ofrece una buena precisión diagnóstica, ya que presenta alta sensibilidad y especificidad para identificar correctamente los casos positivos y negativos.
La sensibilidad y especificidad de la prueba varían en función de factores, como los valores de corte utilizados, la técnica analítica y la estación del año, ya que las concentraciones de ACTH pueden variar con los cambios estacionales. A pesar de estas variaciones, sigue siendo una herramienta útil cuando se integra con la evaluación clínica de cada caso, proporcionando mayor confianza en la precisión del diagnóstico.